Por mucho tiempo viví en la concha de un caracol, amante de éstos, libélulas y mariposas. En mi transformación de mujer, porque desperté ya muy adulta, al desprender el nácar que deseaba protegerme y salir a la luz en un renacimiento, descubrí por mis medios a la sorpresiva vida. Un día me sentí en otro cuerpo… sentí presión a los costados de mi espalda, sin saber lo que ocurría me movía con deseos de quitarme la raíz que me asfix...ió.
Iba despertando de un letargo, desconocía mi verdadera naturaleza, mi propio brillo lleno de aciertos y desaciertos, pero muy mío; de esa manera, fui persiguiendo libertades.
Hubo tantas verdades que me golpearon el rostro, pero cada una me hizo reconciliar con mi femenino y salir de la concha en que sin duda, yo misma me había enterrado.
Libré batallas insospechadas, descubrí mi fuerza por lo que es justo, me independicé de ser sólo una mitad, he buscado intensamente mi otro lado. Ahora disfruto de mí misma, mi soledad compañera, de la caricia que el viento pueda darme cada mañana, de mis pies sobre la espuma que descansa en la playa, de las aves despertadoras de mis días, del abrazo a un bello árbol, del secreto de las nubes y de los espectaculares ocasos. Soy más sensible al roce, las palabras, los aromas.
Así cambié de naturaleza, y aún soy crisálida en tiempo de reflexión.
EliViv
27-07-12 visita mi página La Crisälida Tiene un Tiempo de Reflexión/fb
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