No regreses la mirada,
déjame partir como un pavo real.
Iré donde el destino me impulse,
a los brazos de quien me espere
cuando la luna se llena.
Dónde las garzas son más blancas
y los ríos más dulces,
al canto donde la paraulata despierta
como amante que susurra.
Parto a los otros confines
para ser amada sin silencios
que muerden, ni mordazas.
Me espera la dicha consciente,
la caricia interna.
Sigo la premonición constante
de otra presencia.
EliViv
08-07-14
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