lunes, 6 de octubre de 2014

ME ENCONTRÉ CASUALMENTE CON ESTE HERMOSO RECUERDO.

Bello relato de nuestra Sirena Encantada Elizabeth Vivas
LA VELADA DE ESTA NOCHE
Por fin llegó el día esperado, uno de esos que no se repiten sino cada
cuatro años, 29 de febrero. Estaba llena de expectativas, había
perdido el primer evento, tenía las referencias de un video y las vivencias de mi hermana la china Emilia, mujer maravillosa que había hecho posible tal encuentro, y de Claudina Marcano.
No sé si mi relato pueda describir el sentimiento de mi alma. Reunidos en la Vásquez Brito comienza Marco Antonio Delgado a moderar, haciendo una descripción de lo que presenciaríamos. Ya sabía, casi todos los he leído. Acomodados, arranca la guitarra de Daniel Avellaneda y comienza a escucharse el vozarrón de mi causal amiga, clamando también su cuerpo, su voz sonaba a cantos de vida y muerte.
Todos embrujados o como después dijera una de las presentes, “exorcizados”, nos adentramos en la magia con risas y lágrimas, las emociones de cada uno iban manifestándose tras el volcán de Emilia Marcano.
No importaba si ya habías transitado por sus poemas, escucharlos declamados por ella era sentirse como uno de sus verdaderos personajes, María la blanca o María la negra, hasta como una de las mujeres que huían de Capitán, el perro de la familia. Era escuchar la historia de tantos que ya no están, pero quedaron para siempre inmortalizados en valiosas hojas de papel.
Se iba condensando la nube que nos atrapaba, finalizaba un poema y el fuego iba siendo apagado poco a poco por el agua fresca de las notas de la guitarra, para de nuevo adentrarnos en el por qué de los próximos versos y su nombre. El calor nos arropó como si fuéramos uno solo. Esa particularidad de comenzar provocando risas para luego transformarlas en diminutos cristales, que de nuevo la música secaba.
Concluyó aquel recital para dar paso a algo no planificado planteado por Marco Antonio, el público podía formular preguntas. El tiempo era corto pero la calidad de las interrogantes y las respuestas produjeron un final muy especial. Concluíamos, que no sólo frente a nosotros estaba una sencilla poetisa, sino ese ser humano que había vencido a sus noches en las calles, quemado a las drogas, dado la espalda al alcohol y salvado de la muerte, renunciando al infierno en que vivió, demostrando que se puede y con ese ejemplo ser vocera que levante a tantos seres sumergidos en ese limbo, que se escuche su grito agudo.
Esas horas me permitieron ser más hija, más madre, más hermana y más amiga, pasé del más grande amor al mayor dolor y del peor horror a la mejor esperanza.
Orgullosa hoy me siento de ser parte de la nueva vida de Emilia y de la cajita feliz de las sirenas.

EliViv
29-02-12

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