Dios nos dio un recurso, nuestra reproducción, un recurso a gran escala, nuestro ADN se perpetúa, sin duda un milagro; solo un espermatozoide entre 250 millones es el que fecunda.
La verdad es que somos individuales y los nietos son el más hermoso regalo, pero no somos inmortales y nos vamos.
Y si la monotonía en mi despierta, siento que muy pronto seré ese polvo de estrella que flote infinitamente.

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