Aprendida con lágrimas maceradas, no hay dolor, solo entendimiento por aquellos que no pueden comprender otras dimensiones. Mi sonrisa solo acepta, limpia de sarcasmo. Clara mi alma de penas y culpas, me estaciono en la espera.
Así termina mi Noche Vieja, me limpio de seres con ojos turbios, y de quien sin valor se defiende en otra costilla.
Nada tengo que perder si me colocan en hoguera, ni tampoco aprender un poco más.
Todo está dicho y escrito, solo mirar a veces estas letras para repasar sin repetir por vez tercera.
Gracias, me perdono, lo siento, me amo.
Gracias, te perdono, lo siento, te amo.
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